Razón de existir.

No estoy aquí por algún motivo especial.
No he nacido para salvar vidas, ni tampoco para llevarmelas. Tampoco he nacido para ser alguien importante en este mundo, que se dé a conocer, y mucho menos he nacido para ejercer y joder a los demás. Yo he nacido, al igual que toda persona, por pura casualidad y sin ninguna elección. He nacido para ser yo, y para vivir solo y exclusivamente por vivir, por crecer, por descubrir mundo, por comerme las noches. He nacido para ser 1 de las miles y millones de personas que hay en la tierra, y a la que seguramente nunca conocerás. He nacido para ser una de las pocas rubias listas, o para ser dicha persona que despierte cada mañana con un beso y una sonrisa a las personas a las que quiere. Estoy aquí, por el mismo motivo en el que estás tú o el, por el simple hecho de existir.

Me llaman Ana

Bueno, creo que ya era hora de escribir sobre mí, ya que no sabéis nada.
Me llamo Ana, Ana Martínez-Abarca Millán.
Sí, un nombre muy corto para unos apellidos tan largos, los cuales me costaron 6 años aprender a escribir correctamente. Disfruto de 16 primaveras, y mi vida nunca ha sido un lecho de rosas. Todo lo que tengo, aunque no lo parezca a simple vista, me ha costado bastante sudor, y millones de lágrimas. Soy una persona con una alegría contagiadora, pero con un carácter bastante fuerte.
No creo que pueda decir que me haya enamorado, porque sinceramente, no me han roto el corazón, y no se si eso es una suerte o no. Sé escuchar, cuando no me entra el pavo o cuando me pillas en buenas horas.
Me considero una buena amiga, nunca he dejado a una persona a la que quiero tirada, y soy capaz hasta de mover cielo y tierra para sacarle una sonrisa a alguien cuando solo hay lágrimas.
Me encantan las fiestas bulliciosas, o las noches en vela con amigas hablando y engordando. No quiero a mi hermano, adoro a mi perro, y respeto y mimo a mis padres. No soy bipolar, ni quiero serlo. No soporto a mentirosos, egoistas y chulos.
Esta soy yo os guste como si no, y no pienso cambiar nada por voluntad propia.

Por fín estáis juntos.

Hola abuelo, sé que nunca te he hablado, y nunca te he escrito. No me acuerdo de tí, ni de cosas que hayamos vivido, pero sé que aún así, sabes quien soy, y me quieres como has querido a cualquiera que lleve tu sangre.
Abuelo, te escribo para decirte, que la abuela se fue, si, aquella persona con la que compartistes tu vida durante tantos años, se ha ido de mi lado, para volver al tuyo. No voy a decirte que porque te la llevastes, ni nada de eso, solamente deseo pedirte, que la cuides, que la guíes, y que le enseñes que no debe tener miedo de estar allí contigo, que es un sitio normal, y que toda persona pasa por eso. Y también quiero, que estéis siempre conmigo, y que no me juzguéis.
 No quiero que os olvidéis, de que os quiero a los dos, y que aún no me he acostumbrado a la ausencia de tu querida manuela, que aún espero sus llamadas todos los jueves por la noche, que hecho de menos su voz, que esperé su llamada aquel 11 de julio para decirme felicidades y que ya estaba hecha toda una mujer. Porque me muerdo la lengua para no preguntarle incoscientemente a mi padre que como está, y que si ha hablado con ella, porque todavía no me he acostumbrado a que ya no esté.
Porque abuelo, yo ya la tuve un tiempo, y ahora te toca a tí otro más, pero por favor, cuídamela.